El uso de la visualización en la práctica deportiva ha tomado gran importancia en los últimos 20 años, específicamente en el ámbito profesional como una herramienta mental para mejorar el rendimiento, las habilidades psicológicas del deportista y la rehabilitación de lesiones. Entendamos qué es la visualización, sus componentes y cómo podemos aplicarla día a día.
La imaginería mental, comúnmente conocida como visualización, es una manera de aprender y desarrollar nuevas habilidades y estrategias utilizando todos nuestros sentidos. Es una herramienta clave de la psicología deportiva. Implica crear o recrear una situación, jugada o un evento deportivo completo en la cual tenemos un rendimiento óptimo. Si bien es una habilidad mental y probablemente todos pueden imaginar una situación, al igual que las habilidades físicas, la visualización requiere de una práctica deliberada, consciente, estructurada y disciplinada para aprovechar todos sus beneficios.
A pesar de que la imaginería no va a garantizar de que logres tus mejores marcas o ganes el partido, varios estudios experimentales concluyen que el dominio de esta habilidad va a incrementar las posibilidades de éxito. Específicamente, dado que es necesaria la repetición consciente de una jugada o destreza, estaría apuntando a fortalecer y pulir la memoria muscular y el plano mental de esa destreza. No es por nada que la gran mayoría de los medallistas olímpicos utilizan esta habilidad mental y se encuentra dentro de su programa de entrenamiento.
En un estudio de metaanálisis sobre los efectos de las intervenciones con imaginería en el deporte publicado el 2021, no solamente recoge resultados positivos en el rendimiento deportivo al utilizar tal habilidad mental, sino que sería una estrategia efectiva si se emplea en conjunto con la práctica física, más que la práctica física por sí sola.
Otro aspecto importante a considerar es siempre visualizar la experiencia desde un punto de vista en primera persona, más que en tercera persona. Esto se debe a que queremos recrear el movimiento en nuestro cerebro de tal manera que sea lo más parecido posible a la práctica física o competencia. El objetivo del ensayo de imaginería es “verlo, sentirlo, y disfrutarlo”:
Verse a sí mismo vívidamente actuando con éxito
Sentirse a sí mismo profundamente actuando con maestría
Disfrutar de verse y sentirse como un ganador
Por ejemplo, podemos imaginarnos en un partido de fútbol y preparándonos para tirar un penal para ganar el partido. Comencemos por ver lo que está ocurriendo a nuestro alrededor, la hinchada alentando, el viento soplando y el arquero tomando posición. También, lo que nos está ocurriendo a nosotros mismos, como la gota de sudor que pasa por nuestro cuello y sentir nuestro corazón palpitando. Luego de dejar el balón, tomamos los pasos, hacemos nuestro ritual y pateamos. Es importante detenerse en cada paso que damos, como voy dando esos pasos mientras me acerco al balón, como me voy perfilando según el lado al cual estoy apuntando, y cómo hacen contacto balón y pie de manera que sea gol. Terminado estoy, siempre es importante verse a sí mismo celebrar el gol, sentir que fue un buen remate y disfrutar del momento.
La práctica mental dos a tres veces por semana durante 10 a 15 minutos puede generar un impacto positivo en nuestro rendimiento, aumenta nuestra autoconfianza respecto a nuestra capacidad de ejecución y disminuye las sensaciones de malestar derivadas de la ansiedad, asimismo desarrollando nuestra capacidad de concentración en los momentos claves de la competencia.
En One Health contamos con un equipo de Medicina Deportiva, especializados y capacitados para mejorar el rendimiento deportivo, disminuir el riesgo de lesiones y rehabilitación. Si estás interesado en aplicar esta u otras prácticas de psicología positiva, no dudes en consultar con nuestro especialista, Ps. Vicente Ayarza.
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